Hola, mucho gusto. Te amo.
Estamos en un momento curioso en el desarrollo de la humanidad. En donde hay sobre estimulación de todo y hay medias verdades en todas partes. Y a eso hay que sumarle los impulsos. En tiempos de señales los impulsos nos llevan a tomar decisiones; porque añoramos un milagro. Nos vamos para donde sea con tal de ver un numero espejo, una nube, una mariposa, un águila, una frase de una canción en el momento indicado, queremos señales que nos inviten a saltar al vacío y echarle la culpa a la sincronía.
Estamos cada vez más sumergidos en la burbuja de la ilusión, queremos salir de un lugar para ir a otro en las mismas circunstancias pero más amplio, con una ventana que nos permita ver un poco más allá. Hemos consumido tantas ideas y conceptos que la barrera de lo que percibimos realidad se ha corrido un poco más y vivimos fantaseando con situaciones que nos parecen reales y podríamos vivir al borde de un delirio.
Tenemos visualizaciones o ilusiones, pueden ser lo mismo dependiendo de que tan enfocado estés. Vemos personas y tenemos la sensación de conocerla de antes. Familia estelar, sin embargo, hay encuentros que la sensación es más profunda, un coctel de emociones y sensaciones que llevan a crear deseo. Llamas gemelas, almas gemelas, y las sincronías, los números, todo llevando hacia esa persona. Luego, el coctel químico del cerebro merma, la conexión sigue, el deseo se va y el Amor queda. Para muchas personas, la decepción aparece porque las ilusiones se van derrumbando, pero se olvida de lo más bello, después de la ebullición química queda lo real: El Amor.
Y cuando hablamos de Amor nos vamos a los extremos que nos enseñaron los Griego, el Eros, ese amor con propósito de pareja, de lo erótico; y el otro, amor Ágape, que es el Amor al Todo, a lo que me trasciende, que va más allá del sexo. Hay otro tipos de amores, que por su intensidad solemos confundir. El amor filial, ese amor fraternal que sentimos a veces mas fuerte, a veces con el tiempo. Hay situaciones que por nuestra intensidad, y por nuestros deseos conocemos a alguien y arrancan los químicos a hacer lo que mejor saben, y despues... poco a poco, queda lo más puro e importante: El Amor que nos reconoce como iguales, como hermanos, como entes conectados a esta gran red. Y por eso las sincronías, por eso tanta intensidad, porque volvimos a ser conscientes que somos hermanos, que no todo tiene que ser de carácter sexual; y es ahí en donde los aprendizajes y las heridas aparecen.
Ser honestos con nosotros es darnos cuenta desde donde estamos creando las visualizaciones, desde qué lugar; pues muchas veces nos empecinamos en querer manifestar algo pero ya, al tiempo nuestro, y lo único que hacemos es manifestar lo que nuestro deseo quiere. Muchos dicen no desear nada, no pienso eso, todo depende desde el lugar que lo hagamos y estemos atentos, porque estamos en tiempos donde todos nosotros podemos caer en las trampas del ego y su deseo.
El discernimiento es fundamental en estos tiempos de sobre estimulación y velocidad. Cuando veo esto que estoy escribiendo, veo las heridas que podemos generar en los otros, por encajarlos a la fuerza en nuestras fantasías, o incluso cuantas veces he salido herido por ser un personaje en una película que yo no miraba. Aprovechar los impulsos y los picos altos energéticos es esencial para recordar y saber que sí es real esa sensación, pero, si por alguna razón ese pico baja, y la ilusión se difumina, hay que tener en cuenta que todo fue real, solo que se va desvelando para mostrarte lo que hay más allá de lo Real, en donde el Universo te dice que hay siempre algo que ni tu imaginas, solo hay que soltar nuestros deseos, y así, con la atención presta en uno caminar con seguridad hacia nuestra Verdadera Esencia.
Bueno, que tengan un hermoso jueves... esta tarde hay live con Samuel Valdivia por instagram, pero solo lo sabrán quienes lean este blog.
Con Amor,
Javer.

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