¿Otra vez tomándose las cosas personal?

El segundo acuerdo Tolteca dice: "No te tomes nada personal". Cada persona que está actuando o hablando, está haciéndolo desde su experiencia individual, desde sus logros y heridas. Siempre estamos hablando con nosotros mismos. Cada grito es un clamor de ayuda, cada juicio es un verse a uno mismo, ¿Qué le vamos a hacer? Vivimos en una habitación de espejos, en donde algunos espejos nos muestran lo que somos, otros la distorsión que podemos ser, y otros lo que ya no somos; y ojo el hecho que ya no lo seamos en la experiencia, no quiere decir que no aparezca más. Y lo más importante, podemos volver a caer allí cuando juzgamos, por eso están, para ser recordatorio de lo que ya superamos, pero está en nosotros si le hacemos caso o no, a ese niño caprichoso que suele ser el ego.

Cabe resaltar que estoy hablando en la experiencia física, en nuestra relación con la gente con la que trabajamos, nuestra familia, con quienes nos cruzamos en la calle. Ahí es donde estoy hablando, es allí donde se encuentra la interacción social que nos hace evolucionar como individuos sociales. 

Otra cosa son las redes sociales. Un espacio en donde las personas comparten cosas, muchas veces, irresponsablemente. Sin ver la fuente, solo porque le pareció gracioso, hay personas que les gusta ver el mundo arder. Allí en las redes es la manera más estúpida de perder energía con el reflejo, estamos lidiando con un perfil de facebook, o de lo que sea, que muchas veces ni conocemos la cara. Es una lucha de mí contra mí queriendo demostrar que mi opinión es la Verdad Pura, y el otro es un imbécil porque opina diferente.

He visto como se atacan, e incluso como me atacan por subir un sarcasmo. No saben lo que me divierte subir sarcasmos, porque ahí entiendo la complicidad de la inteligencia, que parece ser, que algunos por dejarse llevar por su ego, les ha abandonado. Tranquilo, ahí está todavía, solo que la está cubriendo su ego.

Hace algún tiempo decidí tener tranquilidad en vez de la razón, la razón pesa mucho para cargarla. Es más a veces la concedo a idiotas por el mero hecho de estar tranquilo, se que solo yo soy responsable de mi tranquilidad, y no suelo permitir que alguien del exterior me la quite, y si me la quita, procuro observar en donde estoy estoy siendo un idiota que piensa que mi opinión es más importante que la del otro, o que mi forma de pensar y actuar tiene que ser la que tiene que optar el otro. Luego me rio y continuo con mi vida. 

Hay cosas más importantes que hacer que luchar por tener la razón, y es alimentar esa red que se viene creando, en donde todos somos conscientes que somos individuos únicos, y que nuestras diferencias son lo que realmente nos hace completos.

Un abrazo,

Javer.

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