El jardin y mis delicias.




Ayer fui al Museo el Prado.  Fue una mañana muy hermosa, poder ver al Bosco, y su Jardín de las delicias me llamó a reflexionar bastante. 

Sobre todos cuando hablamos de las delicias, en mi cabeza se dibuja algo que se disfruta, que es delicioso. Cabe resaltar que esto lo estoy escribiendo sin tener conocimiento de lo que hayan interpretado los heruditos en arte de esta obra pintada en el S. XVI. Hay que tener en cuenta que fue pintado en plena era criatiana, en donde la iglesia infundía todo el amor de dios por medio del miedo. Entonces el infierno y el sufrimiento es algo recurrente en las obras que datan de este periodo. El Bosco, reflejó mucho los pecados capitales en sus obras, el surrealismo temprano, diría yo en mi ignorancia, y el tránsito de un paraíso al infierno con todos sus custodios.  

Volviendo al jardín de las delicias, pude observar que a lado y lado se encontraban el paraíso y el infierno; y en medio, el protagonista de todo: la dualidad, el exceso, el placer, la abundancia, la piel, mucha piel; desnudez, orgías, los siete pecados capítales en su furor. Y todos inmersos en las sensaciones. A primer vistazo, todos están disfrutando de las delicias, pero si uno acerca la mirada y empieza a apreciar los detalles, los rostros no están disfrutando, en lo que pude ver, solo disfrutaban los que contemplaban. Unos minutos es poco tiempo para apreciar esta obra, pero los suficientes para preguntarme ¿Qué de lo que vivo parece una delicia pero no lo disfruto? ¿Qué de lo que hago me genera culpa, vergüenza o miedo aunque diga que lo hago porque me gusta? Eso fue lo que me inspiró este tríptico que seguro veré algún documental y poder ver que se ha hablado de este cuadro durante cinco siglos. 


Incluso, obligarnos a disfrutar lo que no disfrutamos solo por herencia o cultura es algo muy normal, no solo en cosas "placenteras" sino en la vida diaria, el trabajo, el estudio, las amistades, y aquí pudes poner lo que te de la gana... ahora estoy observando qué disfruto y qué no, uno crece, los gustos tambien.

Bueno, me despido porque hoy voy a una ceremonia de Cacao, y deseo ver y reflexionar sobre las delicias que me condenan e ir redescubriendo mi camino, que aunque seguro que es por allí, estoy buscando señales que me den tranquilidad.

Con Amor,

Javer.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

¡Valórate! Por ahí se empieza

Dejar la supervivencia mental

Prendidos en Fuego