De tal palo... tal astilla.


 

Bueno, hablando de conexión con el niño interior y todo eso, tenía la intención de continuar. Sin embargo, el clima astrológico y los acontecimientos han hecho que mi cabeza y corazón el día de hoy tomaran otro camino.

¿Se han dado cuenta lo importante que son los padres en nuestro desarrollo espiritual? Y sí, es obvio; muchas personas me escriben o me cuentan sus experiencias: "Es que la comunicación con mis padres es pésima.." "Es que no puedo hablar con mis padres..." y son cada vez más frecuentes los casos en donde milagrosamente esa relación se sana y toma otra vuelta.

Los padres son el portal nuestro a esta dimensión, a este plano emocional y sensorial. En nuestra genética se encuentran, no solo sus experiencia, sino las experiencias de nuestros ancestros. Ahora, nosotros somos otra cosa, tenemos maneras de ver la vida distinta, y no lo digo por "El despertar de consciencia" lo digo por lógica; el mundo en el que crecimos es distinto, es digital, lo análogo quedó atrás. Es un mundo globalizado y expansivo... y, está bien, agrégale el despertar de consciencia que está sucediendo; pero lo pongo en último lugar para que nos demos cuenta que no es solo por eso, y no nos sintamos especiales ¿OK? 

Entonces, por solo estar en un cambio cultural drástico, en los últimos 30 años el mundo se digitalizó de una manera potente, e incluso los Millenials que fuimos los que dimos la bienvenida a esa nueva forma (curioso que esa generación tenga Plutón en Escorpio, es decir, ir a las profundidades para dar un cambio total. Una generación que vino a sacar las mierd*s de toda una civilización, un aplauso valientes) ¿En qué iba? ¡Ah! ¡Sí! Ese cambio abrupto hizo que se creara una distancia enorme entre una generación y otra. El lenguaje, las experiencias, crearon un puente entre una generación y otra que ambos quieren reparar pero con sus propios materiales, obviando al otro. Es muy difícil reconstruir ese puente sino levantamos la mirada y vemos las herramientas del otro.

A eso súmenle que somos un espejo claritico para nuestros padres y viceversa. 

A veces, y lo sé porque he trabajado en la montaña y acompañado a personas que saben del tema, para que un árbol crezca hay que cortar algunas ramas. Y no está mal, el árbol no muere, todo lo contrario, crece más frondoso y poderoso. 

¿Será esto un indicio en que hay situaciones en donde las relaciones con los padres o los hijos se deben cortar? He visto como las ramas que se cortan vuelven a crecer, y mucho más fuertes; pero hay que cortar para poder sanar. 

Sí, por más consciente que uno esté, las situaciones familiares afloran, y duelen; ahora que uno sufra o no es otra cosa... es ahí donde se debe poner en práctica lo que uno ha integrado en el camino del dichoso despertar de consciencia.

En fin, lindo día, me gustaría saber en un comentario cómo es tu relación con tu árbol, y saber que has implementado para que esa relación sea cada vez más pura.

Con Amor, Javer.



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