De la cabeza al corazón.
Ojalá todo fuera tan fácil: leer un libro y comprender de qué va este juego; o irnos más a la experiencia y tener una inmersión en culturas aborígenes y reconocer que vivo en una simulación; o tener una charla filosófica e integrar cada uno de los conceptos para nuestro día a día.
¿Les ha sucedido que hablan, ven o escuchan a alguien y de repente esa palabra o esa verdad entra sencillamente y nos da una luz? Es una epifanía, encontramos la respuesta que estábamos buscando, por fin he visto en donde estoy dando vueltas, lo entiendo.
Intelectualmente se pueden entender conceptos complicados como la teoría de fractales de Mandelbrot, Matrix, Mente, Karma, entre muchos conceptos, que se pueden aprender incluso por un video de Youtube; es más podemos cavilar y parecer eruditos en cualquier tema; es como quien se aprende las tablas de multiplicar para el examen de tercero de primaria y se le olvida para cuando corresponde la raíz cuadrada.
Queremos entender conceptos profundos para que nos llamen despiertos, o simplemente tener la razón en tertulias y que nos digan, o hermano, hermana, me resonó todo lo que dijiste. Es mucho más complicado que leerse el kybalion y hablar sobre los siete principios herméticos de forma fluida.
La experiencia es parte fundamental en nuestro camino de aprendizaje, ahí en el día a día, desde el despertar hasta el anochecer, no con términos complejos sino con el hecho de amar y soltar este sagrado momento para abrirnos a recibir lo que el Universo tiene para cada uno de nosotros.
Y ese término soltar, tan fácil que se dice y tan complejo ponerlo en práctica. Es "fácil" soltar un empleo, el dinero, personas, lo material. Es como cuando uno hace la selección de basura y se deposita en el vertedero; pero, ¿Qué hacemos con lo intangible? Los deseos, sueños, anhelos. La clave es no desear nada, me dice una amiga muy especial ¿No desear nada? ¿Cuál es la naturaleza del deseo? ¿Una cosa es el deseo egoíco y otra el deseo del ser? Otra amiga me dijo, lo importante es no necesitar nada, eso es más fácil, la necesidad es algo incómoda, estar necesitando algo es atarte al exterior para poder ser lo que tu eres... No necesito nada. Y luego, una mañana abro los ojos, y la soledad me abraza y mi piel desea compartir el calor con alguien, no le necesito, el calor es mío, sin embargo, una mañana fría es mejor cuando se comparte con alguien que al mirar a los ojos ves el reflejo de tu interior.
Para terminar, no se trata de darnos látigo porque aun tenemos deseos, o creemos necesitar algo, lo que quiero dejar en este blog esta mañana es que todos esos conocimientos que nos jactamos de tener los bajemos al corazón con la experiencia: pongamos en práctica cada uno de los conceptos y reflexiones que vamos integrando. Al bajar al corazón el disco duro se va desocupando y queda mas espacio para el vacío del momento presente.
Con Amor,
Javer.
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