Cinco minuticos más
La diferencia entre un dormido y un despierto, es que uno se ha dado cuenta que está soñando y el otro está inmerso en la ilusión. Y darse cuenta que está soñando, no quiere decir que no pueda volverse a sumergir en la intensidad del sueño. Cuando alguien empieza a separar a la humanidad ente dormidos y despiertos, por mi interior transita una sensación abrumadora, pues observo que en mí aún existe esa separación que estoy manifestando afuera. Digo que aún existe, porque reacciono frente a esa separación.
Estar "despierto" es de las cosas más complejas y hermosas en la vida, es darte cuenta de que eres algo mucho más inmenso que estas pieles, sin embargo estar conectado a unas ideas de pensamiento que van cohibiendo cada vez más tu expansión. Sin lugar a dudas, siempre estamos buscando algo más, conectar con una consciencia que hemos llamado Dios, lo buscamos porque nos sentimos incompletos y procuramos encontrar esa completitud aquí en este plano.
Sentir esa totalidad es posible, el sostener esa sensación es lo que duele, porque como todo en la vida podemos llegar a apegarnos y forzar sostener un estado que no es necesario aferrarse. Voy a poner un ejemplo de Dragon Ball, lo haré de una manera que si tu no lo has visto puedas comprender. Gokú, nuestro personaje principal cada vez que se encuentra en peligro mortal aumenta su poder convirtiéndose en Supersayayin, esta transformación aumenta su nivel hasta llegar al Ultrainstinto, que seria la última transformación en dónde logra habilidades divinas. Por más fuerte que sea Gokú, en su día a día no mantiene como un supersayayin, solo se transforma cuando es necesario, pues sostener tanta energía procura un desgaste igual de gigante. En el día a día Gokú es Gokú, con sus infantiladas e ignorancia.
Estar siempre al pie del cañón, como supersayayines, enfrentando monstruos imaginarios constantemente para demostrar nuestro poder hace que caigamos en hoyos existenciales precisamente porque hemos sostenido una energía en momentos innecesarios y cuando realmente necesitamos usar ese ki, pues ya lo hemos gastado.
Lo que quiero decir es que todo lo forzado se rompe, desde un trabajo, un viaje, una relación o incluso el despertar de consciencia. El llamado es estar en nosotros siempre, desde la tranquilidad de estar viviendo este juego aunque se ponga complicado el mando lo tenemos nosotros y somos los responsables de cada paso que damos.
Estamos para divertirnos y compartir ese juego con los demás, pero nadie está obligado a jugar.
Con Amor,
Javer.
Comentarios
Publicar un comentario